lunes, 31 de enero de 2011

Cómo no saber de vendimia¡


Cómo no saber de vendimia¡
si por mis venas hay pasado de viñas y de arado,
si por mi mente transitan los recuerdos
con perfume de uvas blancas, negras y rosadas.
Cómo no saber de vendimia¡
Si me atrapa el paso de mi abuelo
por los surcos de la tierra amada,
y más que surcos, eran caminos de esperanzas¡
Cómo no saber de vendimia¡
Si cuando levantaba el alba,
el nono con su caballo
salía a conversar con las parras,
a acariciar los sarmientos
y a mirar el cielo,
como en una plegaria silenciosa,
a pedir por esos frutos anhelados …
que fueran una bendición¡
Cómo no saber de vendimia¡
Si soy hija de esta tierra,
si mis padres nacieron
entre montañas y vides,
entre el paisaje verde de los álamos,
el solcito de la siesta
y la canción de las acequias.
Cómo no saber de vendimia¡
Si mis primeros juegos
fueron en la misma tierra
trabajada por ellos,
por el abuelo y mis padres.
Cómo no saber de vendimia¡
Si es la tierra del sol,
si es la tierra que de sol a sol,
es mimada para que año tras año
nazcan nuevos frutos,
como los hijos nuevos.
Cómo no saber de vendimia¡
Si todavía resuenan en mis oídos
las canciones y las charlas
que habían entre las hileras,
mientras las manos rápidas,
pero suaves, iban recogiendo
los racimos de colores.
Cómo no saber de vendimia¡
Si así sé cómo es mi vida. 

                            Monica Yolanda Gordillo